24.2.16

E4: Despertar

En las afueras de Hidraltar. Volví en mí, era como si me hubiese transportado al pasado por unos segundos, pero allí estaba de regreso, Astrid sujetaba mi brazo quemado mientras buscaba en el mueble de a lado unos cuantos vendajes limpios.
-          ¡Oh! Veo que ya estás despierto, ¿cómo te sientes?
Dijo la voz de una anciana que se encontraba de pie y recargada en el marco de la puerta de la habitación.
  • Ella es mi abuela, Hamma.
  • Mucho gusto señora, Astrid me dijo que usted atendió mis heridas, se lo agradezco en verdad.
Me sonrió y se acercó para revisarme. Su aspecto era agradable en cierto modo, era una anciana de unos ochenta años, baja estatura, cabello largo y blanco en canas.
  • Bueno, aun no te sientas tan seguro, esas heridas están todavía muy mal, agradéceme una vez te hayas recuperado del todo.
Asentí con timidez.
  • ¿Y bien? ¿Cuál es el nombre de nuestro paciente hija?
  • No puede recordarlo abuela, parece que tiene amnesia.
  • ¿Es verdad eso?
Me preguntó algo intrigada mientras me tomaba de la barbilla y analizaba mis pupilas, parecía saber bastante de medicamentos y tratamientos curativos.
  • Si señora, no puedo recordar nada...ni siquiera mi nombre.
  • Mmh...Bueno tal vez esto te refresque la memoria un poco.
Se inclinó para buscar bajo la cama, la cual tenía algunos cajones de madera en la parte de abajo, abrió uno de estos y sacó una especie de bolso de piel.
  • Son tus cosas hijo, las tenías contigo cuando mi nieta te encontró tirado en la carretera.

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