En los adentros de Foréstia. Los
tres caballeros continuaron su trayecto hacia el pueblo más cercano, Brolaf
cargaba en hombros a la anciana inconsciente mientras los otros dos discutían.
- No lo entiendo Klyde, como fue que ese bandido logró realizar un hechizo, nunca antes había visto a uno hacer algo así.
- No lo sé, pero estoy seguro que tendrá algo que ver con esto.
Sacó el frasco con el fluido negro y brillante y lo puso
a la altura de su rostro. Entrecerró un poco los ojos y llevó su mano a la
barbilla, como tratando de dilucidar de qué clase de elixir se trataba.
- Aquel momento en el que nos atraparon, ¿sentiste esa energía?
- Si, no era un hechizo normal, pude sentir claramente como absorbía mi fuerza.
- Y eso no es todo…
Le pasó con cuidado el frasco del elixir negro.
- ¿Sientes eso?
El caballero tomó el frasco y cerró los ojos unos
momentos.
- Claro, es la misma sensación.
- Así es, debemos llegar cuanto antes a la capital, estoy seguro de que al sabio de Hidraltar le interesará echarle un ojo a esto.
- ¿Y qué pasa si no lo encontramos?
Añadió el gordinflón mientras pasaban a lado de un
manzano y cortaba uno de los frutos.
- Mmh…
- Sabes que no podemos confiar en ninguna autoridad de esa nación Klyde…
El líder se quedó pensando unos momentos.
- Ahg, como sea, yo solo quiero llegar al pueblo y darme un buen baño.
Suspiró y cambió de tema mientras apoyaba sus manos en la
nuca.
- Supongo que habrá que guardar el secreto mientras tanto.
Así
continuaron con su trayecto, luego de no ver nada más que maleza, divisaron un
haz de luz a la distancia. Estaban por llegar a la salida de los espesos
bosques de Foréstia.
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